27) Proyecto Colibrí

 

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Hoy llegamos a la comprensión de que la moneda social, sí, es importante pero como una herramienta de lo que algunos autores empiezan a denominar la democracia “profunda”, democracia participativa o radicalización de la democracia.

 

Es en este contexto que nos parece importante mostrar cómo proyectos de grupos muy distintos, de Economía Solidaria o de Responsabilidad Social Universitaria, están difundiendo las herramientas de Proyecto Colibrí, hacia su interior, en distintos ámbitos.

 

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“Como introducción a las herramientas del Proyecto Colibrí, en el contexto de nuestra práctica actual, de formación de promotores de desarrollo local, empiezo por rescatar que RedLASES (Red Latinoamericana de Socioeconomía Solidaria) es ella misma un conjunto de proyectos articulados, desde hace casi 10 años, y no una organización con el fin de perpetuarse a si misma. Fuimos cambiando, es cierto, al comienzo estábamos focalizados en las monedas sociales, monedas complementarias hasta hoy, acá tenemos alrededor de 200 ejemplos distintos de todo el mundo, tomando el caso argentino como típico.

 

Hoy llegamos a la comprensión de que la moneda social, sí, es importante pero como una herramienta de lo que algunos autores empiezan a denominar la democracia “profunda”, democracia participativa o radicalización de la democracia.

 

Es en este contexto que nos parece importante mostrar cómo proyectos de grupos muy distintos, de Economía Solidaria o de Responsabilidad Social Universitaria, están difundiendo las herramientas de Proyecto Colibrí, hacia su interior, en distintos ámbitos.

 

Una de las herramientas que dimos a conocer en este proceso fue la herramienta de búsqueda y construcción de consenso, que aquí ha quedado como recuerdo de 2002, este abanico formado por hojas de cuatro colores, que fue hecho por Claudemir, el actual tesorero del Banco Palmas, que las hizo para el Proyecto Fomento (Método DELIBERA) en Fortaleza, Ceará, Brasil.

 

Queremos resaltar que aquí existe un gran capital intelectual y social acumulado, hay mucha experiencia acumulada, y estábamos convencidos de que no era suficiente implantar una moneda nueva si la gente no sabía que era esa moneda. Ese significado está vinculado a lo que sostenemos hoy, el proceso de profundización o radicalización de la democracia. En la contratapa, tenemos una serie de monedas que se están implementando en bancos comunitarios en distintas ciudades de Brasil, con este sentido de instrumentos de la democracia. Diría que la síntesis se encuentra en esta cartilla, que fue escrita en Portugués, para la Feria de Santa Maria de 2006 y ahora está siendo publicada en Español e Inglés.

 

Como nuestra población protagonista es de jóvenes, porque son USTEDES los que van a tener la batuta en las manos, nos pareció importante en ese espacio de JOVENES PROTAGONISTAS EN INTERCAMBIOS SOLIDARIOS introducir la moneda social, sí, pero como una herramienta de la democracia participativa.

 

Lo que vamos a escuchar ahora tienen esas bases, esos cimientos, vamos a escuchar a jóvenes que están trabajando en proyectos de bancos comunales que dan microcrédito, incubadoras de emprendimientos, jóvenes trabajando con otros jóvenes en escuelas secundaria, formando redes, en distintos espacios.

 

Lo que importa es que hoy existe un debate abierto en la actualidad, puesto que se están implementando distintos tipos de proyecto que cuestionan los mismos temas. Aquí tenemos por ejemplo esta Revista editada en el año 2000, antes de la crisis argentina, que tuvo como nota de tapa “Chau, moneda”. Claro, “Chau moneda”, sí, pero que viene en su lugar… sólo puede venir con procesos de capacitación que garanticen su funcionamiento como instrumento distribución de la riqueza.

 

Si hablamos de moneda social es importante rescatar que hablamos de instrumentos monetarios que son creados por una comunidad y que tienen, además dos conceptos principales incluidos en ella para que puedan ser considerados instrumentos de profundización de la democracia:

* Como dice Margrit Kennedy, no debe tener interés para ser instrumento de la democracia (como distribución de la riqueza) y

* Como dice Bernard Lietaer, debe ser abundante, suficiente para satisfacer las necesidades de intercambio al interior de una comunidad, ajustada a su capacidad de producir y consumir.

 

Con eso, podemos empezar a escuchar los primeros testimonios de esos jóvenes promotores del desarrollo sustentable, que se están preparando a partir del uso de las herramientas COLIBRI en sus actividades particulares, como lo van a escuchar ahora.

Hasta ahí es lo suficiente para que empecemos a escuchar los testimonios de estos jóvenes que se están formando en el uso de esas herramientas. Hasta ahí, nomás.”

 

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